Cosas que pueden malograr una baraja en Kickstarter
Revisando los lanzamientos en Kickstarter, encuentro una baraja de inspiración «retro», con los diseños pixelados, como si fueran gráficos de un ordenador antiguo. Lo más llamativo es que, a pocos días de terminar la campaña, apenas se ha cubierto el 60% de la financiación. Más llamativo es ver que la misma campaña estaba repetida y cancelada.
Si ya nos llevamos de vez en cuando el susto de que un editor habitual, de esos que se supone que no van a fallar porque tienen mucha experiencia y varios proyectos a sus espaldas, lo que falta cuando vas a elegir una baraja para tu colección es encontrarte con fallos que pueden asustar y desanimarte a financiar el proyecto.
En el caso que nos ocupa, se trata como digo de una baraja inspirada en los ordenadores de los años 80 y 90, con esas imágenes de contornos cuadriculados, como si las hubieran dibujado en un cuaderno de cuadraditos. Las pantallas de baja resolución de la época no daban para más y un par de generaciones de chavales nos criamos acostumbrados a ver personajes que consistían en poco más que unos cuantos cubos apilados. Dependiendo de la máquina (8 bits, como un Spectrum, o 16 bits como un Amiga) los cubos eran algo más finos. Pero seguían siendo cubos.
No sé tú, si has participado alguna vez en estas campañas de financiación colectiva, pero es una forma de adquirir barajas de diseño para coleccionistas muy interesantes, que a menudo no se encuentran en ninguna otra parte. Pero, claro, se trata de proyectos personales que normalmente lleva a cabo el propio diseñador y eso implica un riesgo bastante elevado de que algo se tuerza. Los mensajes de «tenían que salir en Septiembre, pero seguimos esperando que USPCC nos confirme la fecha de imprenta», son habituales. Pero tú has pagado varios meses antes, o incluso el año anterior. El dinero ha volado y no tienes seguridad de que la baraja llegue nunca.
Kickstarter no tiene muchas ganas de que la gente deje de confiar en los proyectos que aparecen en sus páginas y suele penalizar a la gente que no cumple, pero para el que «cae» en la experiencia, la situación es bastante incómoda. También tenemos que ponernos en la piel del que lanza el proyecto, que posiblemente sea el caso de esta persona. Seguramente lo hace con buena intención y a ver cómo consigues que 3, 4 o 5.000 personas te paguen 18 € por adelantado.
En el caso de la baraja Pixel Kingdom, que si miras las imágenes no está mal del todo, el usuario que lanzó el proyecto debió cometer algún tipo de error y en vez de dar a «guardar» pulsó en «lanzar la campaña», quizás antes de tener preparadas otras cosas. ¡Horror! ¿Qué haces? Pues cancelar la campaña antes de que nadie pague. Y no se le ocurre otra cosa que volver a lanzarla a los pocos días, como puedes ver en la captura de pantalla.
El resultado es que se nos pide que financiemos el proyecto de un usuario que sólo tiene ese en su historial, del que no sabemos qué ha pasado para tener que cancelarlo y que, como decía, a pocos días de terminar la campaña no parece que vaya a cumplir el objetivo. ¿Qué más puede salir mal para malograr un proyecto en Kickstarter?
Hablamos a menudo de las barajas que nos llegan, de las que lanzan una y otra vez editores que ya tienen mucha práctica en esta plataforma, y no nos damos cuenta que por cada baraja que llega a nuestras manos puede que haya 100 que se caen por el camino. A menudo, seguramente, por errores como éste.