Análisis: Bicycle Favole
Ahora puede que ya no te des cuenta, pero hace unos años se puso muy de moda la temática gótica-vampírica y todo lo relacionado con vampiros melancólicos arrasaba el mercado. Esta baraja pertenece a dicha tendencia, y combina un diseño aceptable con un material de base conocido, fiable y sin sorpresas.
La tendencia en los últimos años ha dado más protagonismo en el cine y el entretenimiento a superhéroes de todo tipo, pero a finales de los 90 tuvimos empezó una auténtica avalancha de historias basadas en el juego de rol Vampiro, de White Wolf. Blade, Entrevista con el Vampiro y las sagas Crepúsculo y Underworld van de lo mismo: seres incomprendidos que deben sobrevivir en un mundo que les teme y odia al mismo tiempo.
Sólo si entiendes ese marco cultural puedes comprender la obra de la ilustradora valenciana Victoria Francés, que se ha especializado en una imaginería tétrica, lúgubre y romántica, parecida a la que puedes ver en las películas de Tim Burton.
En 2004 inició la publicación de una trilogía de libros de ilustración de temática vampírica, con el nombre colectivo de Favole, llena de ilustraciones que podrían estar en la portada de cualquier novela romántica. Su trabajo es limpio, detallado y minucioso, de forma que el resultado final podrá gustarte o no, pero nadie podrá decir que está mal hecho.
Lo normal cuando un trabajo de este tipo triunfa es que se fabriquen un montón de productos derivados, en los que se estampan las ilustraciones originales, sin que lo que hay debajo importe demasiado. Ese era el riesgo que podía tener esta baraja, y afortunadamente lo han evitado.
La baraja está impresa en papel Bicycle, con el acabado de colchón de aire y un recorte casi perfecto de los naipes, que deja unos bordes un poco ásperos, pero bien acabados. Las cartas se deslizan perfectamente y casi te dan ganas de hacer florituras con ella, dado que el diseño de ambas caras es un fondo a sangre (hasta el borde) en tonos cálidos, que deja un patrón bastante bonito al abrirla en abanico.
En cuanto a las ilustraciones, no hay mucho que decir. Se trata de una selección de los trabajos de Victoria Francés, especialmente los que constituyeron la trilogía Favole, que en el momento de editarse la baraja (2013) ya tenían casi una década de antigüedad. Por tanto, se trata de un producto derivado destinado a aprovechar los derechos de una obra gráfica anterior.
No me suelen gustar mucho estas barajas «decoradas» con ilustraciones recicladas de otros trabajos, pero el marco que tienen las cartas, el buen trabajo de la ilustradora, el acabado Bicycle y el hecho de que es un producto de consumo a buen precio, hacen que esta ocasión le tenga un poco más de simpatía de lo normal.